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Muchas de las comidas y bebidas que se consumen más abundantemente en verano suelen tener un PH ácido (zumos, refrescos de cola, vino blanco, bebidas isotónicas o energéticas, cerveza, gazpacho, etc.). Si a esto se añade la falta de higiene dental o un cepillado incorrecto (un cepillo duro o con excesiva fuerza), se desmineralizan y se desgastan los cuellos de los dientes con lo que se expone la dentina, lo que favorece la aparición de esta sensibilidad dental.
Nuestra recomendación es que reduzcas la medida de lo posible el consumo de bebidas ácidas, sobre todo si se toman aisladas (es preferible hacerlo acompañado de algún alimento sólido) y que realices un correcto cepillado. Y si la sensibilidad es muy acentuada, durante el perIodo estival puedes recurrir a la utilización de pastas o geles dentífricos específicos para el tratamiento de los dientes sensibles.